El reino de las moscas, es un lugar
ubicado en ciudad Juárez, donde la pobreza, violencia y el fanatismo religioso
se mezclan con el poder económico del narcotraficante.
Aquí, en esta
parte del mundo, limitada en la frontera de México con Estados Unidos, la ley
es apenas un concepto sin etimología practica, son las balas, el
calor, el hambre y las ambiciones lo que en realidad rige la convivencia de los
habitantes. Un lugar donde los muertos pocas veces tienen voz y casi se pude
decir nunca ven se cobre justicia a sus muertes, quizás sea porque
nadie aquí es inocente, tal vez se deba a que la ley se vende al
mejor postor o lo mas probable es que sean tantos los crímenes que es
imposible e inútil intentar resolverlos. La sangre se derrama por
traiciones y deudas, por encubrimientos y deslealtades, hoy el
cuerpo policíaco puede estar con un bando de narcotraficantes y
mañana se dejan querer por los otros.
Así lo hizo Cuco Ramírez
con los hermanos Labrada, y de la suerte que corrieron por
tal traición se trata la historia de El reino de las moscas.
Hablan los muertos
desde ese lugar donde están, y dan cuenta de cómo murieron.
La lectura de esta
novela, es fluida, muy sencilla, casi la puedes terminar de leer en dos horas.
Para ser franco, esperaba un poco más, algo entramado en una narrativa
sucia y a la vez mágica, pero en cambio me encontré con un
lenguaje básico, groserías y modismos de Ciudad Juárez. Algunos
vuelcos de la historia son plausibles sin llegar a ser admirables, el final a
mi me pareció predecible aunque puede ser que a otros
les sorprenda tiene relación con los sueños de la mujer de
Liborio Labrada.
Los puntos
positivos: poner en juego el marcado machismo en la sociedad del norte, el
vinculo esporádico de la justicia con diferentes bandos criminales, el ascenso súbito de hombres brutos gracias al narcotráfico y el esfuerzo honrado de los hombres de antaño tirado al caño por las nuevas
generaciones. Es una lectura que cumple para pasar el rato.
Estilo 7
Historia 8
Comentarios
Publicar un comentario